La magia sigue intacta. El tiempo ha pasado pero nunca pudo lograr borrar todo el talento que carga cada una de las figuras que en la jornada de sábado brillaron manejando «La Bestia» del Súper CARX. Los grandes nombres que supieron surcar los caminos de nuestro país se volvieron a ver las caras en un lugar mítico para el automovilismo argentino, La Fortaleza de Oreste Berta debía ser el lugar propicio para volver a palpitar aquellos viejos duelos de las grandes figuras. Hoy volvieron los grandes. Hoy volvió «El Gringo» Bescham, Gabriel Rais, nuevamente disfrutamos de Gabriel Pozzo y de Walter Suriani. Gustavo Trelles le puso el oque charrúa y desde la provincia de Tucuman apareció nuevamente la garra de Roberto Sanchez. Ademas Carlos Malarczuk trajo desde Misiones todo su talento y se sumó Juan Pablo Rais y Daniel Preto para darle un momento único a la salida a la pista.
El tiempo ha pasado y más de uno peina canas pero la magia sigue intacta y quedó demostrado durante esos momentos en que el público cordobés disfrutaba de ver pasar a sus ídolos. Todo era ammonia hasta el momento en que Gabriel Rais dejó salir ese especial personaje que siempre lo caracterizo y arrastro a Gabriel Pozzo y a Jorge Bescham a ponerle un toque de pimienta y emoción al paso de las bestias.
Los tres se encargaron de revivir viejos duelos sumando a la juventud de Gabriel Pozzo que no se quedó atrás y se mezcló en la lucha de los grandes. A lo largo de varias vueltas la lucha era sin cuartel. Rais fue a buscar a Bescham y Pozzo aprovechaba para superarlos. Los experimentados se sintieron amenazado y rápidamente pusieron en su lugar a ese jovencito que supo ser campeón del mundo, nada más y nada menos. El público fue un fiel testigo de la lucha generacional de talentos y exquisiteces conductivas y devolvió tanto talento con aplausos.
Las Leyendas brillaron en la pista en cada salida. Carlos Malarczuk fue tomando mas confianza y cada vez exigía más a la bestia. Juan Pablo Rais se familiarizó rápidamente con los 500 HP al igual que «Chirola» Suriani quien no se quedó atrás marcando buenos registros. Trelles volvió a ser aquel aguerrido y firme piloto de raza uruguaya y Sanchez no se olvidó de su fino manejo para llevar el auto al límite más allá de lo permitido.
Las leyendas fueron una verdadera fiesta que dejó un sabor raro en el ambiente. Un sabor que se transforma inmediatamente en un deseo, Ver a todas estas figuras corriendo por los puntos, por el campeonato, por el honor, por la pasión y por el amor a la adrenalina y a la velocidad que hoy esconde «La Bestia» y va regalando de a cuanta gotas para el placer de todos los fanáticos que vibraron en La Fortaleza.